Se veía venir, cuando la FOX (20th, Searchlight, y demás extensiones de Fox Movies) decidió realizar su versión cinematográfica del popular comic de Marvel, X-Men, con Hugh Jackman a la cabeza, lo supimos, a los guionistas se les estaban acabando las ideas.
La película se estreno en el año 2000, bajo la dirección de Bryan Singer, quien posteriormente dirigió X-Men 2 y luego se paso al lado enemigo para dirigir el regreso de Superman en Superman Returns. Al principio la idea parecía buena, ya que antes se había hecho, pero ahora el momento era adecuado, la tecnología estaba del lado de los directores y el realismo y espectacularidad estaban asegurados.
La taquilla estuvo de su lado, y las películas no estuvieron tan mal, podrían haber sido mucho mejor, si, pero bueno. Desde ese año las películas de mayor interés de cada año eran las superproducciones basadas en algún comic americano. Vimos adaptaciones de Spider-Man, Fantastic 4, Iron Man, Hulk, Superman, V de Vendetta, y las destacables nuevas versiones de Batman.
Algunas de las adaptaciones fueron realizadas a conciencia, otras solo buscaban recaudar millones, y otras pasaron sin pena ni gloria debido a su escasa popularidad.
Pero el límite no estaba en los comics, había un mercado que no había sido explotado de forma adecuada, y era el de los libros. Harry Potter, Lord Of The Rings, Twilight, Da Vinci Code, Millenium Saga, Eragon, etc. Los libros de ciencia ficción y misterio eran otra inagotable fuente de ideas, la ley del mínimo esfuerzo ya era dominante en la meca del cine.Los productores se dieron cuenta que tarde o temprano se les acabarían las trilogías, comics, y libros populares, así que comenzaron a buscar un nuevo lugar de donde sacar ideas. Lastimosamente la cosa no iba bien, las ideas que había no les bastaban o eran demasiado arriesgadas, o demasiado correctas. “Ya nada era como antes”, pensaron, y fue ese pensamiento el que les abrió una nueva puerta. Los Remake, películas antiguas, taquilleras, y de una enorme calidad debían ser adaptadas con los medios actuales, Oceans 11, Poseidon, Charlie & The Chocolate Factory, King Kong, Dawn Of The Dead, The Departed, la reciente Clash Of The Titans, y la lista continua.
Series, libros, comics, biografías, anécdotas, ya no existe la originalidad, se busca que alguien mas lo haga, el trabajo de guionista solo se limita a alargar los diálogos, adaptarlos a un contexto nuevo y reducirlo aun formato de un mínimo de 90 minutos.
Algunos podrían decir que la cosa tampoco esta tan mal, de hecho, podríamos estar de acuerdo si no nos encontrásemos con completos despropósitos que subestiman al espectador y que lo único que buscan es rellenar un espacio vacío en medio de una producción anual de películas. Por que aunque suene duro, la industria del cine ya no funciona como una industria artística, ahora parece mas una fabrica que debe cumplir con un numero determinado de productos al año, lo que implica que aquí también tendremos los daños de fabrica, que nos dan a los consumidores una gran cantidad de productos defectuosos.
La palma del pasado año 2009 se la llevan dos despropósitos basados en populares historias provenientes del país del sol naciente. Me refiero a la muy incorrecta Dragonball Evolution (que de evolución no tiene nada, los efectos especiales son más un paso 10 años atrás que un adelanto) y la ridícula Street Fighter: The Legend of Chun-Li (si en la primera lo único acertado fue que al menos intentaros que los actores se parecieran al video juego, aquí ni eso).
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